Javier Sanchez Díaz, piloto audaz, fabricó y voló un ala delta, en 1982, en el municipio de San Germán: Aun aspira realizar su sueño.

Foto del encabezado: Ladera Este de la loma "Matilde" vista desde la carretara. En lo alto se observa parte del monumento alegórico a la Crisis de Octubre, Crisis de los Misiles o Crisis del Caribe. En este lugar estuvo situado un equipo de localización que captó la presencia del avión U2 que resultó derribado el 27 de octubre de 1962 en la zona de Banes, Holguín. (Foto del autor)

Ladera Este de la loma “Matilde” vista desde la carretara a San German.

 Casualmente, en día de San Valentín, tras la pista de una leyenda local, fue motivo de visita el municipio de San Germán en la provincia de Holguín, Cuba. Los pobladores más jóvenes se mostraron incredulos cuando se les preguntó sobre el atrevido constructor de un aparato volador. Sin embargo los padres reconocieron inmediatamente que se trataba de Javier el hijo de pepe quien vive en el mismo sitio de su nacimiento, próximo al km 11, de la carretera a El Níspero.

En el trayecto fuimos conociendo que Javier fue un joven inquieto, soñador e inventor nato que, aún su bajo nivel cultural de apenas tercer grado primario, asombró a sus vecinos con la fabricación de aparatos diversos: Tocadiscos, motocicletas, radios, etc. Al llegar a su humilde vivienda aun se observa parte de lo que fuera un falso techo ecológico, de los años 70,  consistente en numerosos tubos de lámparas fluorescentes (desechados) pareados que refractaban la luz solar que incidía desde aberturas en el techo. También se observan las paredes  con pinturas murales realizadas con sus propias manos y modestos recursos.

Sucedió el encuentro con un hombre menudo de unos 53 años de edad quien no dudó en comenzar a ofrecer datos del aparato fabricado a partir de las imágenes obtenidas de las revistas soviéticas que llegaban a Cuba en los años 80. No tenian planos sino solo las fotografías de alas delta y sus pilotos, todo lo realicé comparando y usando proporciones respecto a las personas fotografiadas. Exageré porque la hice de 13m de envergadura por 3m de ancho en el centro, la  vestí con nylon tejido, de los que se utilizan como sacos agrícolas. Utilicé tubos de aluminio procedentes de catres o canapés ¿recuerdas? aquellas camitas personales cuyos tubos estaban agujereados. Tuve que desarmar varios y empalmar los tramos; esta fue precisamente la causa de la rotura del aparato. En solo una semana ya estaba listo y subiendo la loma “Matilde” con el aparato a cuestas y una multitud  de curiosos ayudando.

Pocos sabían nada de mi aventura. Yo no pensaba volar, pero me embuyé con tanta gente a la expectativa.  Las condiciones de la loma me parecen buenas con laderas como de 30 grados cubiertas de pasto bajito y de frente al viento. Sin embargo, por desconocimiento, salí desde el punto más alto, donde ahora hay un monumento alegórico a la Crisis de Octubre, me impulsé y el golpe del viento al salir me lanzó como una flecha hacia arriba, empujé con mis brazos y cuerpo hacia abajo para corregir pero el ala derecha rompió: Fui directo al suelo desde una altura superior a los 50m, hasta cerca de la lagunita que aun existe allí. Valga que usé un casco de motorista y que, de algún modo, los restos del aparato ayudaron a atenuar el golpe en la caida. Solo me lastimé superficialmente la piel de un brazo con uno de los tirantes.

 A la pregunta: ¿Renunciaste al vuelo? Respondió con notorio brillo en el semblante ¡Jamás! Yo he soñado siempre con realizar ese vuelo. Lo menos que yo esperaba es que alguien me viniera a preguntar por ese suceso y que conociera acerca de lo que está sucediendo en Cuba en cuanto al vuelo libre y que, tal vez, me ayude a realizar ese sueño.

 Varios vecinos se acercaron al sitio de la conversación mostrando satisfacción en sus rostros. La madre, quien ha escuchado  callada, dice que pepe, el padre de Javier, ya desaparecido, siempre le ayudó en sus proyectos, inclusive en esta aventura peligrosa para un joven de unos 21 años de edad. Con un halo de  tristeza dice: no quisiera que mi hijo vuele, está enfermo, es alcohólico y no hemos encontrado modo de curarle.

 Llámame, dijo Javier ofreciéndome el número de teléfono de una vecina, dime que vas a hacer algo por mí.

 Sí, le dije, escribiré mi articulo, tal vez no sea yo quien primero te llame. Tengo muy poco que ofrecerte. Si quieres volar, vas a tener que hacer cambios importantes en tu vida. 

 Y aquí estoy, cumpliendo mi palabra. Conservo el número de teléfono que me ofreció como hilo de unión que también ahora publico para que aquel, quien desee adelantarse a mi llamada, lo haga.

 Casa de Lidia: (Cuba) 0152196245 (Solo los primeros 5 días de cada mes)

Posteado por:ParapenteMoa@gmail.com