Pilotos de Moa realizan vuelo desde el Cerro de Miraflores Torre

El pasado domingo  29 de mayo  hicimos realidad la vieja aspiración de volar despegando desde el pie de las torres del cerro de Miraflores.
Llegamos a la cima, 450 m SNM, a las 9:00AM en el camión de un servicial amigo, una breve caminata en descenso por un trillo firme hasta la cota 440 y ya desenfundando el equipo por cuanto el viento marcaba la velocidad justa, suficiente para llenar las velas y poder controlar sin esfuerzo.
Corté solo un matojo de los más cercanos en el sitio donde nos tomamos fotos con Sandy, Eldio, Yohandy y Ripoll en noviembre de 2015. Jarrrison me ayudó a desplegar la vela Nova X-Act 98, donación guiseña, a unos 4m en mi frente por sobre los arbustos de hojas redondeadas de 1m de altura en pendiente de unos 35 grados. Tiros suaves de bandas A con una braza de cobro para el primer inflado que la anima, se levanta ligeramente y aleja a la distancia del radio máximo, con todas las cuerdas estiradas por sobre el pasto de arbustos, sin dejarla apagarse totalmente. Desenganchamos algunos remanentes. Sabía que la salida tenía que ser limpia porque al frente me espera un escalón de un metro y pendiente abrupta. Era conveniente si la presión del viento lo permitía, dar un par de pasos hacia arriba una vez la vela estuviera sobre mí. No era preciso esperar porque el viento estaba muy uniforme, observable en la vela sin apenas oscilar abierta en abanico seminflada con sus bocas 1m por sobre los arbustos.
Bandas A, control, giro, un paso adelante y vuelo. Seguí el plan acordado que era el de irnos en planeo directamente hasta el potrero más cercano, a 1.5 km, al Este (12 grados al Norte) sin distracciones hasta pasar las dos venas entre las cuales el viento acelera su velocidad y detrás de ellas rotores. Efectivamente, mi vela voló lento en ese trecho [no usé acelerador] alcanzando ligeros ascensos, imperceptibles, hasta salir al gran espacio por delante de las paredes de los dos primeros cortados, casi verticales, donde encontré ascensos cómodos, sin sacudidas. Un par de pases sobre el tramo del salto de agua y nuevamente vuelo hasta el aterrizaje encontrando algunas ascendencias en el trecho. Aterrizaje cómodo en el terreno de Sebastián, en la cota 80 a 300m de la carretera, con abundante espacio poblado de cornudas curiosas que no lograron mermar mi satisfacción.
El turno de Jarrison con su Fire Bird Apache 92, donación de Bayamo: unos pases adicionales alcanzando más altura que tumbó haciendo un par de giros 360 y aterrizaje en el potrero colindante, de Freddy para evitar explicaciones a las reses. [Vea Facebook]
Enseguida estábamos siendo agasajados por la familia de Sebastián y andando por la carretera ¡Antes de las 10:00 AM! con ideas de seguir hacia las lomas de la Avícola.
En el 2004, pilotos de Holguín y Osmanis de Sagua, habían despegado desde un tramo de la carretera enfrentada al Este, aproximadamente en la cota 300 volando 12 grados al Sur hasta El Jucaral a 200m al Norte del nuestro volando por el frente del “tercer” cortado hasta 1.5km.
El equipo local había venido estudiando el asunto y oído los criterios de Sandy en su visita realizada en Noviembre de 2015 en el que nos alertó de las características aerológicas del lugar y los riesgos para el despegue desde el punto más alto, frente a las torres, y el vuelo en general allí. No lo intentaríamos con el viejo equipo de vuelo anterior. Por eso nos decidimos despegar en uno de estos días del mes de mayo que presentan mañanas con calmas prolongadas o vientos muy suaves que no permiten el vuelo en La Avícola, ya con equipo de mejor volabilidad. El sábado 28 fue un día con las características deseadas y el pronóstico para el domingo fue el mismo. Lo agarramos.

Conclusión a priori: Es posible despegar desde el punto más alto y salir adelante sin lidiar con rotores en condiciones tranquilas de viento dadas en fechas y horarios para los que no sería posible despegar desde La Avícola. Se debe salir al frente y permanecer ladereando por delante de las paredes empinadas de más de 200m de desnivel donde serían tolerables vuelos con vientos mayores a medida que avanza el día. Está por ver el comportamiento de las ascendencias térmicas en un sitio con mucho verdor abajo (bosque en vaguadas) y valle algo distante [1.5 km al frente]. El año pasado, las condiciones climáticas se comportaron semejantes al actual por lo que cualquier evento a realizar en Moa, debería estar fijado para estos días. Parece contradictorio porque las estadísticas indican esta época como las de mayores velocidades promedio y noviembre las más bajas, pero, para el vuelo libre, se comporta a la inversa, porque las mayores ventanas de calma se producen por esta época.

Es el despegue desde la cota y desnivel mayor realizado en Moa [y el vuelo más cómodo] despegando desde el sitio aparentemente más incómodo [pasto de vegetación arbustiva de 1m de altura con cero metros para carrera] resultando en salida limpia [sin restos de vegetación pegados ni enganches y correcciones de última hora], remedo de lo que va a ser el despegue desde el pico El Toldo.

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